Vacaciones diarias
/0 Comentarios/en Reflexiones, Vinos /por Jérôme GarriataesCuando nos instalamos en la actual casa en la que vivo, tuve la sensación de que el tiempo que pasaríamos en la misma sería largo. Estaba entusiasmado. Me hacía mucha ilusión poder construir diferentes espacios que nos proporcionaran aquello que necesitábamos y nos hicieran sentir bien.
Lo primero que montamos fue el despacho. Recuerdo con el esmero y entusiasmo que lo hicimos: teníamos que tener el sitio más confortable para trabajar. Poco a poco fuimos abordando otros espacios con la misma voluntad. He disfrutado mucho de todos los años que llevo viviendo en esta casa. No obstante, si ahora tuviera que volver a crear todos estos espacios empezaría desde el que estoy escribiendo esto, desde un lugar para la vacación diaria.
Todos desarrollamos sitios en nuestras casas que nos sirven de descanso. De hecho, resulta tan habitual que, como realicen una búsqueda en internet en el que pongan algo así como «rincón para descansar en casa», les van a salir en las primeras posiciones un montón de tiendas de muebles que les ofrecen ideas y productos para poder decorar el sitio a su gusto. Se ha convertido en todo un negocio, síntoma de que existe mucha demanda.
Personalmente, sin embargo, he necesitado muchos años para comprender la necesidad de un lugar como el que ahora puedo disfrutar. No estoy hablando exactamente de un buen sofá para el salón, ni de un sillón relax... Me refiero a un lugar personal que transmita la sensación de que estás viviendo un momento de vacación en la rutina diaria. Sí, utilizo la palabra «vacación» porque eso es lo que busco; no solo se trata de descansar, sino de algo más potente: tener cada día sensación de desconexión total. Con el transcurso de los años esto se ha convertido en una necesidad vital, y construir un sitio idóneo para conseguirlo ha resultado fundamental.
No es un espacio solo para no hacer nada, aunque también. En él puedo reflexionar, meditar, escuchar música… o, como en este momento, escribir esto que quiero compartir con ustedes mientras disfruto de una copa de un Reyes de Aragón Premium de Bodegas Langa. La tarde estaba lluviosa, así que me ha apetecido este tinto barrica de uva garnacha en el que el equilibrio de la fruta y la madera es perfecto, y el postgusto final, largo y herbal, me parece magnífico.
He aprendido a disfrutar de la vacación como de las bebidas alcohólicas, en pequeñas dosis y sin prisa. Es como mejor me sientan.
©La Cuba de Baco
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!